Prólogo

A principios del siglo XIX vivía un chico de tan solo quince años de nombre Roberto. A él le interesaba enamorar a muchas chicas a la vez y al final llevaba a todas a una cabaña en una de las tantas colinas que había en Francia. No para tener algo con ellas, si no para torturarlas y asesinarlas de la forma más cruel que pueda existir.Un día una chica que portaba por nombre Camilla logró escapar de aquel infierno que estaba viviendo, y al llegar a la ciudad en seguida lo denunció a las autoridades y estas lo capturaron y condenaron a muerteEl espíritu de Roberto quedó en pena con sed de venganza contra aquella mujer que lo había acusado y directamente condenado a muerte. No se daba cuenta de que él hacía casi lo mismo con aquellas damas. Vaga por las colinas en busca de la chica para saciar la necesidad de vengarse. Enamoraba a chicas pensando que era la que buscaba y las asesinaba, repetía su historia una y otra vez.Siglo XXI -200 años después-


Una chica caminaba por el bosque asustada volteando para todos lados y tratando de calmar el frío que sentía abrazándose a sí misma y frotándose los brazos. Se había separado del grupo de sus amigos, con los que había ido a acampar. Iba colina arriba, no sabía a dónde se dirigía cuando logró distinguir la silueta de un hombre con una lámpara a la mano. Empezó a gritar‘¡Ayuda!’ desesperadamente. No soportaba estar más tiempo perdida. El hombre con la lámpara se acerco a ella sonriente y le dijo: — ¿Estás perdida?—Sí, algo así. ¿Me podrías orientar? –Le preguntó inocente-—Por supuesto. Mi nombre es Roberto ¿Y vos sos?—Me llamó Penélope, gracias por ayudarme,—Tengo unos mapas en mi cabaña, ¿vamos?—Sí, gracias.

Ambos caminaron hacia la cabaña del chico. Ella ni idea de que ahora estaba conviviendo con una alma en pena, y como cualquier humano no podía saber sobre lo que le preparaba el futuro. Elrepetiría su historia con ella sin saber que no lo podría hacer porque cada día se enamoraba más de ella.